Visitante

domingo, 5 de agosto de 2012

Amor al arte

Erase una vez un piano y una guitarra; dos copas de vino, y no pasó nada.
Erase una vez un piano, una guitarra y una pandereta; tres copas de vino y pasaron muchas cosas con certeza.

Al día siguiente, al despertar encontré una voz que se atrevió a cantar y hacer los coros con un pedazo de madera.

Erase una vez un piano y una guitarra; una botella de vino y una noche sin final.
Erase una vez un cuadro sub-realista sobre mi cama y un pijama.

Al día siguiente, al despertar no había nadie en el sofá.
El teclado del piano tocó mentiras en DO, MI, FA, SI, DO y SOL.
El sostenido lo hice yo.

Erase una vez un descontento musical, una mentira y una guitarra.
Erase una vez un DO, un sostenido, un tonel de pisco y una pandereta.

Al día siguiente al despertar, desaparecieron las notas y sólo quedaron SOL sobre MI.
Sucedió todo lo que se desea que ocurra cuando estás desesperada por componer las mejores canciones.

Erase una vez un piano y una guitarra…

No hay comentarios:

Publicar un comentario