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viernes, 4 de noviembre de 2011

Nunca se acaban los retoques y menos cuando la cosa no rima

Huele a cera amarilla y el cielo está bien gris…
Los globos con helio llegan hasta el techo…
Más recuerdos… cintas celestes y la madera brillante.
Los tapetitos bajo la loza no impiden que alguien las rompa
 y los vasitos de colores llevan dentro gelatina mientras rodean la torta con lentejitas.

Un universo en que todo giraba y nadie vomitaba.
Los caballos eran como los de un carrusel y yo cantaba comiendo un frio tallarín.
Huele canchita, huele a chicha morada…
Trazos de pisadas feroces en el suelo recién lustrado.

Es que sólo una canción me hace sentir lo que algún día sentí y ya no lo siento aquí.
Un clima lejano, un olor a limpieza comienzan a caminar, los veo venir hacia mí... disfrazados de payasos salvajes…

Había dos cuadros especiales para mí, especiales para todos los niños que estuvieron ahí.
 Pero el pintor de los payasos ahora está en el cielo haciendo girar el carrusel…
Serán futuros jinetes lo que vendrán a gritar, los que vendrán a estresar o los que vendrán a disfrutar…

El carrusel se volverá fantasma si no vuelven a verse a los niños ni a los culpables del olor a limpieza y de las ricas golosinas. A los culpables de ser inocentes y de que las penas más grandes sean no haber ido a Disney de pequeños.
Pero ahora recordando vuelvo a montar el caballo, a dar vueltas en el carrusel, a comer gelatina y a bailar Salserín.  

Sólo un día más es el que pido para seguir recordando, para gritar y revolcarme en el suelo como en los viejos tiempos, para acostarme a mis horas y salir del colegio a las 14:00 horas y tener toda la tarde libre comiendo cereal y jugando solitario como me gusta a mí.

1 comentario:

  1. Me gusta! amor me gusta mucho como escribes, en serio! Qué bonito es recordar, pero mejor es hacerlo realidad! vamos a comer gelatina y tirarnos al suelo y comer cereal y jugar... bueno solitario se juega de a uno, pero igual!

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