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jueves, 3 de noviembre de 2011

¿Me ayudan a buscar al asesino?

Después de estudiar tanto sobre los psicópatas y sociópatas, me entró un fuerte dolor de cabeza. Mis recuerdos comenzaron a girar muy rápido hasta llegarme a hostigar del tema. Pero ahí seguía, dándole muchas vueltas al asunto como un típico amor enfermizo.
Si bien todo esto me inspiró a crear una entretenida historia de suspenso, mi falta de creatividad y constancia me permite escribir sólo esto.

Fue en ese momento de regresar a los recuerdos cuando comencé a darme cuenta que así sólo sea 1 % de la población la que nació con esta interesante diferencia, que en nuestras vidas siempre se ha cruzado una de estas personas.
A veces están más cerca de lo que te imaginas. Y que te quede claro que si las conociste alguna vez, nunca fue de casualidad, porque nada es de casualidad.
Con esto te digo que fuiste víctima de un juego de manipulación, como una pequeñita ficha de ajedrez.

 El psicópata es el Dios de las calles y de la sociedad. A pesar de ser una persona antisocial, con raros intereses, sabe perfectamente como manejar al que lo rodea. Sabe exactamente como hacerte creer que todo fue por pura casualidad.

Estuve recordando a un amigo cuyas historias trágicas me hicieron alejarme de él un tiempo. Trataba de recordar alguna característica que lo defina como psicópata o esquizofrénico. Hasta ahora no llego a ellas, creo que era verdad todo lo que me contaba y a pesar de tantos daños emocionales que sufrió de pequeño aún sigue levantándose todas las mañanas, sigue soportando a sus padres, sigue estudiando y buscando la manera de alejarse de todo mal que le rodea. Sigue luchando después de haber sufrido tanto, y me sigue conservando como amiga.
Es un amor del la adolescencia del cual jamás descolgaré su retrato de mi memoria porque no es un psicópata, no es un enfermo mental, no es un muchacho especial, pero es un humano diferente el cuál no encuentra grupo social en donde encajar.
Por eso es “un humano diferente”.

Sigo rebuscando en el baúl de los recuerdos y tengo la necesidad de encontrar a alguien extraño. Quiero conocer a una persona a la cual pueda temer y observar a través del ojo mágico de la puerta. De perseguirla y descubrir sus secretos, de saber que hay oculto en el sótano de su casa, y así seguir hasta terminar siendo descuartizada por un psicópata y esto se convierta en un testimonio de un asesino a sangre fría que mató a una víctima que creyendo que todo hacía por su voluntad, (refiriéndome al espionaje) fue todo planeado, porque como lo dije antes “nada pasa por casualidad”.


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