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jueves, 10 de noviembre de 2011

Gira, gira, respira, acaba y vuelve a empezar.

A veces se siente el pesar ajeno.
Al sentirlo deja de ser ajeno y se vuelve tuyo.
Sólo por alguna casualidad absorbiste una pena del aire, basta con levantar el teléfono al oír una llamada que no era para ti.

A veces las penas se encuentran flotando en el ambiente como si fuese el nitrógeno, el oxígeno, el helio, el metano, el kriptón o cualquier otro componente del aire.
Por ahí se inhalan de casualidad.

Nada de estas palabras tiene mucho sentido para el oído ajeno, pero sucederá lo mismo, tratarás de interpretarlo a tu manera hasta que estas palabras que al principio fueron ajenas por no encontrarle razón, como a las penas, terminen siendo tuyas ya que sin querer le diste un significado propio.

¿Cómo es el mundo no? Estamos conectados a cualquier hora, en cualquier situación y en cualquier lugar, sea por mail, por fax, teléfono, por pensamiento, o por un simple texto que leíste en cualquier momento.

Identificados al oír una canción, al levantarnos a la misma hora, al leer los mismos poemas, al sentirle miedo a la muerte, todas estas razones nos harán conectarnos en el algún momento de nuestras vidas.

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