Señales

Sentada muy ansiosa desde el confort de mi hogar, estoy pensando mucho.

 La suave brisa nocturna-primaveral sopla el blanco tul colgado en mi ventana, mientras una suave llovizna cae por fuera de mi acogedor mundo entre libros y una lámpara con luz muy cálida, bebiendo un delicioso chocolate “enmarsmelado”. Sólo me hace falta una chimenea adornada por encima con portarretratos de fotos de familiares para nunca olvidar a los que ya se han ido.

 Recuerdo aquella vez cuando a los once años le dije a Dios:

-          Que me caiga un pelotazo del cielo si sucederá lo que tanto deseo.

Ese tipo de señales no existen, pero mientras transcurría esta semana, se me han presentado una serie de señales que me demuestran muchas razones que no fueron construidas por mí, sino al parecer… ya fueron escritas.

Cada uno ha venido al mundo por una razón, antes creía que uno tenía que inventarlo para tener un motivo para vivir, un motivo para justificar nuestra existencia en la Tierra. Ahora me he dado cuenta de lo mismo pero que no era necesario inventar, todo ya está escrito. Hay señales de cosas que no escribimos nosotros, sino algo más grande.

Es una cadena de sucesos que partió desde antes que uno aterrice en este mundo.

Las señales que he recibido son muy grandes y no puedo permitir que se ahoguen en el líquido cefalorraquídeo de una persona desgraciada que no conoce el significado de un simple monosílabo como “SI”, que representa la afirmación y el positivismo.

Que el monstruoso “NO” de esa persona no jale mis razones de vivir y las encapsule en su cerebro, que seguramente ya no piensa bien porque el negativismo le creó un nudo en la médula espinal donde se quedó atorado el líquido cerebral y no deja que fluyan sus buenas vibras.

Que eso no nos ocurra jamás!

Que la fuerza y la perseverancia nos invada de pies a cabeza y que no nos rindamos así lo intentemos 1000 veces!

Como dice la película: “Retroceder nunca, rendirse jamás”.