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domingo, 19 de mayo de 2013

La canción de los Buitres

Sonaba vultures en la computadora como para afinar el grito silencioso del largo pasillo.
Yo almorzaba mientras leía. Te leía con mucha curiosidad como quien pasa por un kiosko de periódicos en la mañana del lunes.
Parecían las 4 de la tarde, pero era más temprano.
Mi paladar se deleitaba con el rico arroz con pollo de mi madre, mientras te leía.
Yo siempre te leía.

Mientras había un grupo de gente que esperaba por mí, yo descansaba.
La curiosidad se volvió emotiva, las lágrimas limpiaron mis ojos del bloqueador que les cayó esta mañana.

Y la congestión nasal se soluciona simplemente con un pañuelo.
Ahora nada es complicado, ahora mi piel produce el aceite para que resbale el mundo externo.
Ahora brillo de necedad.

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