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martes, 9 de octubre de 2012

A tu salud con la copa sucia

Hay frases hermosas armadas con señales, con palabras que no se saben si son ciertas o no; o sin saber para quienes están escritas.
A veces no se sabe para quién es el rumor de las rosas, de las que al llegar la primavera te sonríen, y cuando se termina, te dan la espalda porque ya no hablan de ti, sino de alguien más.

Hoy una flecha salió apresurada de un arco que no tenía la soga templada. Voló muy rápido para ver a través de una copa que se quedó sin lavar desde un año nuevo en el campo.

Un año nuevo donde fueron las estrellas nuestras cómplices de un inolvidable momento al borde de una piscina.
¿Lo recuerdas?

Las ganas que tengo de volverte a ver me hacen escribir cosas feas. Quisiera poder dedicarte algo bonito, pero de mis pensamientos sólo salen tristezas.

Acepto que soy muy feliz, pero siempre la sombra acompaña a esta compradora de supermercado que hasta ahora sigue paseando sola el carrito por los pasadizos de golosinas para engordar a los momentos ya vividos con la dulce tortura de recordarte todos los días desde el amanecer hasta que el sol se retira.
Todos los días es igual… tener que recordarte, así fue desde el día en que te fuiste y así será hasta el final.

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