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jueves, 19 de enero de 2012

Ideas Acosadoras

Un día abriste los ojos y te diste cuenta que no debías llorar, que sólo eran ideas pasajeras o trastornos por causa de la infancia. Ese mismo día te levantaste y te lavaste la cara, dijiste no más lágrimas. 
Al día siguiente te levantaste y te diste cuenta que habías tenido una noche repleta de pesadillas, que las lágrimas que habías contenido el día anterior se desahogaron en hombres muertos, en un planeta tierra desolado y cosas muy tristes. Pero te volviste a levantar y al salir a la calle te encontraste con un hermoso sol, un verde jardín y mucho espíritu joven haciendo su vida por la ciudad, por el mundo entero, unos estaban de día y otros estaban de noche, unos bailaban, otros dormían, y unos más (la mayoría) luchaba por el día a día.
En la vida hay cosas más importantes que una simple idea pasajera que te deprime durante el día y que te angustia durante la noche. Hay cosas más importantes que sufrir por el ardor de una herida que con el tiempo cerrará.
Conforme se va caminando en este jardín con sol de verano y pobreza por los cerros, te das cuenta que mientras no vives esas desgracias eres el rey, que tienes más oportunidades que el resto para llegar a la cumbre, pero que no sabes si tus posibilidades de lograrlo sea verdaderas. Te dejas envolver por la confusión, no sabes si eres capaz de hacer todo lo que sueñas o si tan sólo tienes mucha capacidad para (valga la redundancia) “solamente” soñar.
En eso consiste la vida de todo ser humano, en ir construyendo un camino prometedor, en ir derrumbando los obstáculos, en no permitirse a uno mismo morir en el intento sino de levantarse seguir sin brazos o sin piernas, sin una buena vista, sin poder oír una linda canción, pero en este mundo el que se da por vencido es el que cayó al planeta tierra de casualidad, creo yo que es el que aún no estaba listo para nacer.

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